5 recuerdos del verano

5 recuerdos del verano
Sinceramente, tengo ya unas ganas locas de dar carpetazo al verano. Ya he tenido dosis suficiente de sombreros de paja, rodajas de sandía y fotos subacuáticas. Tengo ganas de otoño, pantalones negros que disimulen mis cartucheras y fresquete al abrir la ventana. Y qué mejor colofón, que ponerle un poco de humor a nuestras últimas vacaciones!! Cojo el testigo a 39 semanas y me uno a su post con mis #5recuerdosDeEsteVerano :

Qué ilusión cuando dicen su primera palabra ¿eh? Txikicute llevaba meses amagando con aprender a decir hola y, efectivamente, esa ha sido su primera palabra. Ahora la repite incansablemente para perfeccionar su dicción y la combina con su segunda palabra: agua. Vivo en una pesadilla acústica entre su 'oiaaaaaa' y su 'abuaaaaaa'.
De manera incomprensible, Txikicute siente una absoluta atracción por los teléfonos fijos. Digo incomprensible porque nunca jamás había visto uno hasta que llegamos este verano al primer hotel. Se fue derecho hacia el teléfono de la mesilla y no dudó en descolgarlo y marcar. Así que nos hemos pasado las vacaciones desenchufando teléfonos en todos los hoteles.
Pequeños detalles que se le olvidan a una. El coche hasta la bandera de bolsas, pero a la menda se le olvidó meter la sombrilla de la silla del niño. Al fin y al cabo, solo íbamos a andar por Andalucía durante tres semanas, con ola de calor incluida...
Es lo que tiene no dormir por la noche. Que luego la playa te da una modorra del horror a media mañana. Y ahí tenéis a Txikicute como un marqués, a la sombra, en su silla, recién duchadito, dormido como un tronco. Nosotros, rebozados en arena, con un calor importante, aprovechábamos el 'momento siesta mañanera' para huir al chiringuito y ahogar nuestro cansancio en cerveza.
Txikicute nunca desperdicia la ocasión de dejar alguna anécdota escatológica para el recuerdo. Mr. Cute ya os contó hace poco un peliagudo marrón en el cambiador, pero esta vez el enano decidió hacer público su espectáculo. Haceos cargo. Cruzar la península en coche, con un niño de 17 meses, no es fácil. Y en la mayoría de las estaciones de servicio de las carreteras españolas (momento reivindicativo) se empeñan en que el viaje se complique aún más. Señores, el hecho de que no se dignen a poner un puñetero cambiador de plástico (o al menos tener algún lugar en el que apoyar al niño en el baño) no va a evitar que cague y mee. El pañal hay que cambiarlo igual y si no es en el baño, será sobre una mesa.

Y estábamos nosotros, a las 7 de la mañana, en plena carretera cerca de ninguna parte, cambiándole el pañal al niño lo más discretamente posible. Y lo íbamos consiguiendo. El muchacho que desayunaba junto a nosotros ni se había percatado hasta que comenzaron los movimientos bruscos de piernas y brazos de Txikicute. El pañal que sale disparado y ley de Murphy: bocabajo. Mejor os ahorro los detalles. no fue fácil dejar aquello presentable.

9 comentarios

  1. Me he reído con tu última anécdota, vaya follón el poder cambiar a nuestros peques en sitios públicos. El mío también ha aprendido a decir "hola" que ilusión!!! Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Deberíamos rebelarnos contra los establecimientos públicos en los que es imposible cambiarle el pañal a un bebé. Leñe!! Gracias por pasarte y comentar!!

      Eliminar
  2. Jaja, están muy chulos los recuerdos :)

    Un saludo

    ResponderEliminar
  3. Puagggg Jajja la gente lo flipa con estos niños Jajja .

    ResponderEliminar
  4. me han resultado de lo más divertidas, aunque la gracia que te debían hacer a ti en su momento.. Jaja :P

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Tati!! La verdad es que no nos hizo mucha gracia, no.... jajajaja Pero ahora ya nos lo tomamos con humor. Besos!

      Eliminar
  5. Jajaja, qué buen verano, no entiendo cómo te quejas si hasta os dejaba iros de cervecitas, jiji.
    Aprovecho para decirte q acabo de descubrirte (muy mal, señal de mi descuelgue) y q tu blog tiene muy buena pinta.
    Saludos

    ResponderEliminar